viernes, noviembre 05, 2004

Hotel el Grèvol en Llanars

Cerca de Camprodón, en el pirineo de Girona encontramos este hotel.

Para mi gusto se ha quedado anticuado.És bastante rústico, pero el paso de los años ha dejado huella. Solo cuatro apuntes:
La habitacion era amplia, pues tenia su zona de salon separada por un pilar de madera y una repisa de la zona de noche. La zona de salón era bastante incómoda, (no pasé ni 15 minutos en el sofà), las cubiertas de las camas ( demasiado blandas) horrorosas, y el baño viejo.

Recuerdo que pasé mucho frío ( y no era invierno) pues nadie habia encendido la calefacción de nuestra habitación.

El detalle positivo es la botellita de moscatell que te ofrecen en la habitación.

Decidímos bajar a la zona de wellness, y para ello quise calzarme las zapatillas que hoy encuentras en cualquier hotel que se precie, bien en cualquiera menos en este. Me calcé unas deportivas y me intenté meter dentro del albornoz del hotel ( seguro que se les habia encogido ).

En la vieja zona de relax, hice todo menos relax. Estaba a rebosar de familias con niños alojadas en el hotel y que probablemente jamas habian tenido la suerte de disfrutar de un jacuzzi o un baño turco.

Nadie en el area wellness trataba que los clientes mantuvieran un orden ni un comportamiento:
Unas 10 o 12 personas en el jacuzzi, los niños saltando en "bomba" a la piscina, esposos y esposas pegándose gritos del tipo : PEPE!! ven a ver esto que chulo!!
Niños jugando en el gimnasio, y lo peor, sus padres dando ejemplo ( lo recuerdo perfectamente: recien salido de la piscina, chorreando como una fuente, pedaleaba sin estilo, sin más ropa que el empapado bañador. No llevaba ni zapatillas ni chanclas, con lo que todo quedó perdido)

Por lo que se refiere a la sauna y baño turco,donde casi nadie tomaba la ducha de rigor, la sensación de agobio era la misma que la de un vagón de metro.

De vuelta en la habitación, los gritos de los niños seguian amenizando la velada ya que las paredes de la estáncia eran muy finas y los vecinos de habitación parecían estar en tu cama.

Salimos a cenar por la zona, vale la pena, y por la mañana tomamos un excelente desayuno.

La zona vale la pena, estan las pistas de Vallter cerca, pero la próxima vez probaré el Hotel Edelweiss

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